sábado, 8 de marzo de 2014

Duelo

Aquí llegué, a este sitio extraño, palpando el camino casi a ciegas. Había decidido marchar pero no sabía Sobre mi un sol abrasador agotaba mi alma,El silencio llega como una brisa después de la tempestad. Anduviste a ciegas por ese desierto, agotando tu alma, muriéndote de sed. De golpe, como si de un espejismo se tratara, un oasis apareció en tu mirada, deseable Tus llantos fueron los que ahogaron tu palabras, tus esperanzas, tu felicidad.
Siempre hay un momento para  marchar aunque no haya lugar a donde ir. Ese instante es único, es la ola que solo se forma una vez antes de que se la lleve la marea, es el tren que no vuelve a pasar. Aparece cuando el silencio es lo único que se puede oír, cuando tus lágrimas han ahogado tus palabras, tu esperanza, tu felicidad. Ya anduviste demasiado por ese desierto agotador, tropezándote con esos deseables oasis llenos de vida, de amor, pero que ahora dudas si solo se trataron de simples espejismos.

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