domingo, 29 de abril de 2012

Eterna primavera.

  La felicidad es la mejor maestra. Nos dejamos llevar por ese cóctel de emociones que nos despierta un largo letargo de invierno para dar paso a la estación de las sonrisas. Esa mezcla corre por tu venas, maneja los latidos descontrolados de tu corazón. Te tambaleas sin parar por ese magnífico paisaje, las mariposas bailan en tu estómago, el sol brilla con más fuerza, todo tiene otro color, te sientes lleno de vida, inagotable, feliz. Pero de pronto, el viento deja de soplar a tu favor, la lluvia tiñe de gris esos colores, tus ojos se empapan de tristeza, tu alrededor se vuelve borroso, te pierdes y empiezas a hundirte...de repente  algo te agarra la mano, algo que nunca te abandona, la esperanza. Y es en ese momento cuando te das cuenta que esa primavera eterna no es más que un ciclo que gira por  polos opuestos y que tu, navegante de ese rumbo debes fluir en él, disfrutando sin anticiparse ni quedarse atrás, viviendo el momento.



miércoles, 18 de abril de 2012

Saturday night fever.

  La vida son cuatro notas y el resto es repetición, así y todo esa melodía te invita a disfrutarla, despierta algo en tu interior, tu corazón sigue el ritmo de esa maravillosa canción, atrapado por su cautivadora voz te dejas llevar y al abrir los ojos te encuentras en esa pista de baile bailando sin miedo, enfermo de una fiebre de sábado noche, títere de esa ruidosa locura que te balancea por el pentagrama de esa música llamada amor.


domingo, 8 de abril de 2012

Titanic

  La brisa besa tu cuerpo, abres los ojos y te encuentras con nada más al frente que el océano, estás a bordo del barco de tus sueños, navegas por ese mar sin saber que pasará, a quién conocerás o dónde terminarás. Sólo sigues tus pasos, algo en ti te dice que nunca te rindas aunque a veces te sientas como si estuvieras al borde de un precipicio, sin nadie que te ayude a no caer, más que tu mismo. Pero sabes que tienes todo lo que necesitas contigo, aire en los pulmones y hojas de papel en blanco para escribir y pintar tu propia historia. Crees firmemente que la vida es un regalo y no piensas desperdiciarla, porque nunca se sabe que cartas se repartirán la próxima vez, eres partícipe de su juego del azar y aprendes a aceptarla tal como viene, así que haces que cada día cuente, aún sabiendo que algún día ese motor se parará y el agua te hundirá en el recuerdo.