domingo, 8 de abril de 2012

Titanic

  La brisa besa tu cuerpo, abres los ojos y te encuentras con nada más al frente que el océano, estás a bordo del barco de tus sueños, navegas por ese mar sin saber que pasará, a quién conocerás o dónde terminarás. Sólo sigues tus pasos, algo en ti te dice que nunca te rindas aunque a veces te sientas como si estuvieras al borde de un precipicio, sin nadie que te ayude a no caer, más que tu mismo. Pero sabes que tienes todo lo que necesitas contigo, aire en los pulmones y hojas de papel en blanco para escribir y pintar tu propia historia. Crees firmemente que la vida es un regalo y no piensas desperdiciarla, porque nunca se sabe que cartas se repartirán la próxima vez, eres partícipe de su juego del azar y aprendes a aceptarla tal como viene, así que haces que cada día cuente, aún sabiendo que algún día ese motor se parará y el agua te hundirá en el recuerdo.


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